Fábricas cerradas, autopistas vacías, calles desérticas… son estampas que se repiten en todo el mundo a medida que la pandemia de coronavirus avanza inexorablemente. El parón brusco de las actividades humanas tiene, paradójicamente, un gran beneficiado: MEDIO AMBIENTE
En China, mejora drástica de la calidad del aire debido al coronavirus. Algunos ciervos se han dejado ver por algunas ciudades, como por ejemplo, la de Nara.
En el norte de Italia: niveles insólitos de dióxido de nitrógeno, que hacen que los animales salvajes paseen a sus anchas por muchas ciudades italianas.
Aguas cristalinas en Venecia, que hasta nos permiten ver pequeños bancos de peces.
Mientras que en ESPAÑA los animales salvajes se hacen con las calles debido a la escasa afluencia de personas. Una de las imágenes que más ha sorprendido es la de un oso paseándose una pequeña aldea de Asturias, así como un grupo de cabras que brincaban a sus anchas por un pueblo de Albacete.